Harvey Cheyne es un niño rico de diez años que se aprovecha de su posición en el colegio donde estudia. Suspendido por tratar de sobornar con dinero a un profesor para que le pusiera un examen más fácil, viaja por mar hacia Londres junto a su padre, más preocupado de sus negocios que de su hijo.
Harvey cae accidentalmente al mar desde el barco y es recogido por el pescador portugués Manuel (Spencer Tracy), que lo lleva a un barco pesquero. Allí deberá pasar los tres siguientes meses hasta que regrese a puerto, compartiendo la dureza de la vida marinera y recibiendo una lección de vida que le marcará para siempre.
A partir de la magnífica novela de Ruyard Kipling, autor de El Libro de la Selva, Stalky & Co, y otras obras maestras de la literatura juvenil, Victor Fleming (director de Lo que el viento se llevó) realizó esta historia inolvidable de amistad y autosuperación, gracias sobre todo al trabajo de Spencer Tracy, que fue premiado con un Óscar.
Una película que marcó una época y que todos los niños y jóvenes deberían ver, plagada de enseñanzas y valores morales: responsabilidad, sacrificio, generosidad, amistad verdadera, honestidad. Lecciones para toda la vida plasmadas en escenas que dejarán una huella imborrable en la memoria.
Auténtico cine espiritual convertido en auténtico arte.
Escena de la película:
Manuel sobre su padre a Harvey :
Mi padre cantaba grandes canciones al viento y a las tormentas, y canciones chiquitas a la punta de la nariz de mi madre. Mi padre se sentía bien por dentro.
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